Cuba en mi memoria
Que decirte,
tú sabes cuánto aprieta el pecho
cuando desde la distancia
la mente remonta el vuelo,
alada como sinsonte
posándose en la Palma Real.
Te imaginas la suave brisa
alborotando el cabello,
mientras disfrutas de una playa
tan hermosa como Varadero.
Das besos furtivos a la novia
mientras hacen planes para el futuro,
sentado en el muro del malecón habanero,
la luz intensa del faro del Morro
hiere la noche alumbrando el camino.
Recorrer mi isla quisiera
desde el hocico hasta la cola
del durmiente caimán
en el ardiente Mar Caribe.
Llegar a sitios muy distantes
pero preñados de recuerdos
que afloran en mi memoria
mientras escribo estos versos
y mis ojos se humedecen
por el lejano recuerdo.
Ay mi Habana,
la preciosa Habana
de cantantes y trovadores
de olores a ron, a tabaco
a flores, a mulatas en celo
que caminan contoneando la cintura
endulzadas por la mieles del azúcar
al vaivén de los tambores.
A mi Cuba hermosa,
la llave del golfo,
la otrora capital del Caribe
hoy la cenicienta.
¿Cuándo regresare a mi barrio?
En él quiero morir,
no quiero abonar otro sitio
quiero mi cuerpo se funda con la tierra
que antes me vio nacer,
allí descansar a la sombra de una ceiba
en un prado cualquiera,
iluminado por mi sol
alumbrado por las estrellas
mientras escucho
el susurro del cañaveral
y el trinar del sinsonte.
¿Existe música más placentera?