Atrapada
Te atrapo entre las ramas de mi cuerpo
encerrándote en los barrotes de mis brazos,
sin renunciar a sentir tu piel entre mis manos
sin dejar de apretarte contra mí,
besos tus labios con denuedo.
Buscando tú desnudes sobre las sabanas
desgarro las prendas de tu ropa
arrancando las vestiduras de tu cuerpo
que impiden el rose de mis manos
las caricias de tus senos por mi pecho.
Desnuda, llenaré de besos
las arenas movedizas de tu sexo,
haciendo de tu cuerpo un torbellino de pasión
cuando mi boca beba de ti
la entrega sublime de tus ansias.
Cabalgarás erguida mientras las muestras de mi hombría
entran en la gruta de tu belleza femenina,
sentirás dentro de ti la furia del hambre masculina
alimentándose de la carne fecunda de la vida
guardada en las entrañas de tu cuerpo.
Al final de la gesta,
cuando el furor del deseo haya mermado
y los cuerpos sudorosos aromaticen el lecho
con los aromas del pecado,
descansarás en mi pecho mientras beso tus labios
sintiéndome el más afortunado.