En la soledad

 

Voy a deambular en la soledad de mi casa,

donde el silencio se hace perpetuo y las noches

son eternamente largas,

caminare sin molestar,

sin una mirada escrutando

mi lento desandar o una pregunta indagando

que me puede pasar.

 

Caminaré hasta que mis pies cansados

se nieguen a andar,

mi cuerpo se resista al castigo

a semejante necedad,

¿existe alguna razón

por la cual necesite andar?

 

La soledad, no es razón, es una fiel compañera,

nunca falta en mi lecho, duerme conmigo cada noche,

la razón es el mutismo en la larga espera,

las promesas sin cumplir,

las palabras iguales a cometas llevadas por el viento,

el olvido, el descuido, el abandono,

el silencio, precisamente hoy,

cuando más necesitaba tenerte cerca.