Y nuestros labios
Y se unieron nuestros labios
en la intensidad de un beso,
mis manos de amante presuroso
recorrieron la anatomía de tu cuerpo,
se deslizaron por tu piel
con la sabiduría del tiempo
y la intensidad del deseo.
Y mientras en mí crecía la avidez
temblabas de placer,
desnudo tu cuerpo era mío
en la complicidad del cuarto,
te ame con apetitos vehementes,
te ame con ansias de adolecentes
y la mirada atenta del sol.
Y mientras te amaba
nuestros cuerpos unidos por la ganas
se cubrían de sudor empapando las sabanas,
mis manos tiernas tomaban tu rostro
entre besos y caricias, presurosos suspiros
delataban la intensidad de tus deseos,
era la entrega de dos con ansias
y las ganas reprimidas por imposibles.
Y al final cuando termina la batalla
cuando merman la fuerzas
por lo intenso de la entrega,
mis manos te protegen,
son mis manos, tus manos
quienes dibujan mapas en tu cuerpo,
pinta en tu espalda jardines floridos
acarician mariposas azules en la caída de la tarde
y sin dejar de amarte, te deje partir.