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No continuemos siendo cómplices de la dictadura

 

Los primeros cubanos que salieron de la isla, a partir de enero de 1959, el gobierno de Fidel Castro les prohibió su regreso, pasarían muchos años, hasta el año 1979 cuando se iniciaron las conversaciones del gobierno cubano con la Comunidad de Cubanos en el Exterior nadie pudo regresar, para muchos era demasiado tarde, sus padres habían fallecido en el largo transcurso de veinte años, "Que veinte años no es nada", diría Gardel, pregúntele a un cubano que son veinte años viviendo en la isla. Otros habían perdido a sus hijos, al final todos perdieron su familia, su país, su identidad.

Los que tomaron la vía del Mariel para escapar del infierno instaurado en Cuba les fue prohibido su regreso hasta pasados diez años, ellos también perdieron a su familia, para muchos nunca verían a sus padres con vida.

Un número indeterminado de cubanos optaron "no regresar" cuando salieron a cumplir misiones en el extranjero, en esta lista están los medico, deportistas, entrenadores, profesores, todos ellos tienen prohibida la entrada al país hasta pasado ocho años, también ellos perderían sus raíces en la isla esclava. El gobierno cubano asume el derecho de prohibir y controlar que cubano regresa a su país.

Estas persona sufrieron en silencio su dolor por la pérdida de sus familias, todos ellos fueron excluidos, segregados y obligados a olvidar sus raíces.

Ante tantos arbitrariedades nadie hablo, todos callamos, fuimos cómplices silenciosos del atropello a la familia cubana.

El presidente Obama trazo un precedente, hizo lo que no había hecho ningún gobernante norteamericano anterior, otros antes se acercaron a Cuba, en su momento lo hizo Reagan, Carter, Clinton, pero Obama abrió totalmente las relaciones, visito la isla, elimino a Cuba de los países promotores del terrorismo, a cambio, tras el discurso de Obama en La Habana salieron a decir las hurracas del régimen que era más de lo mismo, a la mano tendida en señal de amistad, como siempre, el gobierno la mordió.   

Hoy muchos hablan del gobierno del presidente Trump por sus medidas contra el gobierno, no contra el pueblo cubano, hablan de lo criminal de el recrudecimiento de las medidas económicas por la cooperación de Cuba con el mantenimiento de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, hablan, por la reducción de los vuelos, hablan y olvidan la verdad de Cuba, la verdad del sufrimiento y el dolor de los cubanos.

Muchos olvidaron o no saben, que por muchos años las llamadas a Cuba desde los Estados Unidos podían tardar más de un mes y solo eran llamadas de tres minutos, tres minutos limitados para hablar con tus padres, con tu madre anciana y enferma, no existía internet, ni whatsApp, ni otra forma de comunicación que no fuera el teléfono y las cartas que tardaban en llegar meses, nadie protesto en la isla, todos callamos y fuimos cómplices.

Hoy muchos protestan desde el exilio por las medidas del gobierno de los Estados Unidos, muchos critican al presidente elegido democráticamente por el voto ciudadano por las medidas, pero esos que protestan cuando llegan a Cuba callan, callan ante el funcionario de aduana, para que no le quiten lo que le llevan a su familia, callan ante el policía que abusa de la población indefensa, callan y se someten ante el gobierno en un silencio cómplice solo por entrar a la isla que los denigro por ver a su familia o buscarse una chica prostituta y abusar de ella con sus miserables dólares.

Todos somos culpables por el silencio cómplice ante tantos atropellos, pero mas cómplices son los que hoy van a exhibir sus riquezas ante un pueblo hambriento y necesitado, los que van a los hoteles donde antes no podían entrar porque eran ciudadanos de segunda clase, son cómplices de los atropellos a sus familiares, son cómplices del hambre del pueblo, son cómplices de la miserable vida de los cubanos, ante tanta maldad solo piensen, Cuba debe cambiar y nosotros, el exilio, debemos ser parte de ese cambio y el cambio debe ser ya.   

  

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