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¡Ay amor!
si fundido a sus ancas estuviera,
no sería una vulgar tormenta,
el diluvio se repetiría,
la noche seria el día,
flores nuevas nacerían
especies de animales
de la extinción regresarían,
mi voz seria el trueno,
mis ojos de los relámpagos los destellos
perderíamos la ruta del regreso.
Los ríos fuera de sus causes
convertirían los lagos en mares,
el mar se elevaría
hasta niveles insospechado
las montanas serian sólo islas
en un mundo de enamorados,
el sol se ocultaría entre las nubes
tendría vergüenza de asomarse,
el mundo sería sólo nuestro,
un mundo donde sería su siervo y usted…
el ser más venerado.
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